¡Buenos días!
Disculpen la tardanza, pero la noche de ayer fue mucho más movida de lo normal y no tuvimos tiempo a subir esta crónica.
Igual que pasara el miércoles, el día de ayer comenzaba soleado, aunque el final sería muy distinto.
Igual que pasara el miércoles, el día de ayer comenzaba soleado, aunque el final sería muy distinto.
Los primeros compases de la mañana transcurrieron entre rocódromo, actualizaciones de blog, equitación, voleibol y excursiones en bicicleta.
Tras esto, hacia las 12, salimos del campamento, pues los bomberos nos tenían preparada una sorpresa. La noche anterior llegaban a nuestro poblado para pasar la noche y descansar tras una dura jornada de trabajo en la extinción de incendios. Por la mañana debían volver al trabajo y para ello fueron recogidos, nada más y nada menos, que por un par de helicópteros. Así que, tras ser vitoreados por nuestros niños, pudimos observar el protocolo de seguridad de subida al helicóptero.
Una vez finalizada la demostración, regresamos al campamento para seguir con nuestras actividades habituales previas a la comida, que en el día de ayer consistía en arroz tres delicias y pollo asado con patatas.
En el tiempo de talleres realizamos nuestras camisetas hippies para después pintar los portavelas que hicimos hace unos días.
Las nubes poco a poco empezaban a entrar en escena, sin embargo durante el juego de la tarde seguía haciendo mucho calor y el sol aún se dejaba ver, por lo que tuvo lugar, para alegría de los acampados, la Gymkhana de Agua que hace unos días hicieran sus compañeros mayores.
Patata caliente, AquaTrivial y peleas y desplazamiento en plástico fueron las tres pruebas en las que durante algo más de 1h se entretuvieron nuestros chicos.
Mientras tanto, nuestros chicos de 3º y 4º ESO continuaban su marcha hacia Pino del río, donde estaba prevista la acampada.
Sin embargo, cuando llegaron, las nubes ya cubrían totalmente el cielo y pronto empezó a caer un importante diluvio. Una gran tormenta se avecinaba, por lo que la dirección del turno decidió evacuar la acampada evitando cualquier problema. El plan de emergencia funcionó a la perfección y en 25 minutos todos los niños estaban de vuelta en el campamento, a cubierto, y listos para cenar. Esta mañana se decidirá cómo sigue la itinerancia, con los ojos puestos en las previsiones meteorológicas, que no parecen muy halagüeñas.
Mientras los chicos mayores llegaban a la casa, los pequeños por la imposibilidad de realizar un juego al aire libre como hacemos habitualmente, estaban bien resguardados jugando al Pictionary, Password o las películas.
Lo que parecía ser un día que transcurría tranquilamente se convirtió en una noche de emociones, pero con la satisfacción de que pese a tanto contratiempo, todo saliera bien y todos llegaran sanos y salvos.
Publicar un comentario