¡Buenas noches!
Definitivamente esto está llegando a su fin, pero como aún nos queda un día entero y sobre todo, un día de muchas emociones, vamos a dejar los lloros para mañana.
Otra mañana más sonaba la música a las 9.00 en punto, y al ritmo de las peores canciones que puedan imaginarse, comenzaba el desfile de personas más dormidas que despiertas saliendo de las cabañas. El paso de los días se nota, el cansancio se hace patente y ya no quedan esos valientes que las primeras mañanas a las 7.30 pedían las palas de ping-pong al monitor de guardia para pasar el rato hasta la hora real de levantarse. Es más, cualquier momento es bueno para descansar la vista...
Las actividades continuaron como todos los días: tiro con arco, balonmano, baloncesto, fútbol, Campamento 2.0 etc. así como el resto de finales deportivas y de juegos de mesa.
Ha sido un campamento con mucho movimiento deportivo, por ejemplo, se ha visto gran nivel en voleibol, donde hemos disfrutado de la presencia de las vigentes campeonas de Asturias en categoría alevín.
Por la tarde, tras el arroz tres delicias, la carne guisada y la sandía, era hora de finalizar los talleres pendientes y organizar todas las cosas que por las tardes hemos ido haciendo, y que mañana tenemos que llevar a Gijón, para que puedan verlo.
Mientras unos disfrutaban de los últimos chapuzones en la piscina, en la cancha polideportiva se disputaba la final de fútbol, salpicada con algo de polémica por la actuación arbitral...
La tarde continuaba entre maletas abiertas, monitoras asaltadas y niñas en busca de los mejores trapitos que pudieran encontrar para estar aún más guapas de lo normal en la última noche, la Noche de las barracas y los premios. Y es que es tradición en nuestros campamentos que la última noche se den los diplomas de los juegos y los premios que los mismos acampados y monitores votan. Algunos tan clásicos como la miss y el míster o el más simpático y la más simpática y algunos más recientes pero que pronto han cobrado una relevancia especial, como los Premios Padre Cuesta al Superniño y a la Superniña, un premio concedido exclusivamente por los monitores, y en los que se valora la educación, la simpatía, la deportividad y todos esos valores importantes que desde el campamento tratamos de ayudar a inculcar. Este año, desde el equipo de monitores hemos creído que los merecedores de este galardón eran Elena Capelastegui e Ignacio Sánchez.
Y de este modo, entre tiro al blanco y pitonisos y pitonisas pasamos la noche, la última noche en Saldaña. Sin embargo, tengan claro que esto no es un adiós, no solo porque nos vayamos a ver mañana en el cierre de campamento familiar, sino porque el año que viene volveremos, y lo haremos con más fuerza y más ganas. La verdadera despedida llegará mañana. Así que por ahora, lo dejaremos en un...
¡Hasta mañana!
pd. Ha sido un día bastante ajetreado, les dejamos con un pequeño adelanto de fotos, mañana continuaremos.
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