¡El primer día! Los acampados llegaban a las 12:30, con la maleta cargada de nervios, emoción e ilusión. Bajaban del autobús con la cara iluminada y mirando a todos lados. -¡Mira el caballo!- decía uno, -¿Cuál es mi cabaña?- preguntaba otra... Y eso fue precisamente lo primero que se les explicó nada más llegar, en la primera reunión: las normas básicas. Después se repartieron las cabañas, dejaron sus cosas, hicieron sus camas y empezó la siguiente reunión. En ella entregaron sus móviles y el dinero para comprar en el kiosco y, aunque luego por la tarde llamarían a casa, os recordamos que el horario de teléfono es de 13:15 a 14:00.

Rápidamente llegó la hora de comer. Empezamos con macarrones boloñesa, san jacobo con patatas y Actimel. Con la emoción y el viaje, el hambre se despierta, así que el almuerzo fue un visto y no visto. Al poco ya estaban lavándose los dientes para ir a hacer su primera manualidad, el cartel de la cabaña.

Para refrescar, hubo un ratito de piscina antes de merendar el bocata de nocilla y la nectarina, lo justo para coger fuerzas para los juegos de presentación. En ellos pudieron conocer a sus compañeros de grupo y los monitores del campamento, así como recorrer las instalaciones.

Y sin darnos apenas cuenta, llegó el momento de tomar una ducha reponedora y a continuación la hora de la cena, con arroz tres delicias, pizza y natillas de chocolate, para recuperar algo de fuerza. Seguidamente, se abrigaron para, después de lavar los dientes, hacer la última actividad de un primer día súper intenso: 'La Jungla'- En ella pudieron buscar y encontrar los más variopintos animales antes de irse a descansar.

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